Te presentamos a continuación diez puntos que debes tomar en cuenta al momento de escoger la pieza clave de la recámara.

  1. ¡No basta con sentarse!: Pruébalo en la tienda antes de comprarlo, y no sólo te sientes, ¡túmbate!
  2. Prueba distintas posturas: ¿Duermes de costado o boca abajo? ¿Lees o ves la tele en la cama? Asegúrate de que el nuevo colchón resulte cómodo siempre
  3. Túmbate de espaldas: ¿Un colchón duro es lo mejor para la espalda? Mmmm, no, para nada, la firmeza es sólo un gusto personal y depende del peso.
  4. Pasa una mano por la zona lumbar de la espalda: Si tras un par de minutos tumbados de espaldas hay demasiada holgura en esa zona, el colchón seguramente es demasiado rígido.
  5. Si duermen dos..: Dos personas con pesos y costumbres distintas pueden optar por dos colchones unidos.
  6. La curvatura de la columna: Un buen colchón debe respetar la curvatura natural de la columna vertebral, boca arriba y alineada mientras duermes de lado.
  7. Mira si es un colchón rígido: Si es demasiado duro, no se adapta a tu cuerpo, podemos tener dolor muscular y de espalda.
  8. ¿Colchón blando?: Es un modelo demasiado blando, nos hundimos. La sensación de calor aumenta, porque no circula el aire, la columna vertebral y la espalda no están sujetas.
  9. La firmeza del colchón: No es sinónimo de dureza, sino de estabilidad: un colchón blando puede ser muy firme
  10. El precio no es sinónimo de calidad: No te confíes del precio, que sea caro no significa que sea muy bueno, y que sea barato no significa que sea despreciable, prueba el que más te favorezca a la hora de dormir, puede que el mejor te convenga te salga en una ganga.